Son las 19:25 del 20 de Diciembre de 2008. Salimos de casa con la hora pisándonos los talones. A las 19:30 abren las puertas de la sala en la que se va a celebrar el último concierto de la gira Hellville de Tour y al final una partida de Trivial ha hecho que nos retrasemos más de la cuenta. Entramos en el metro. Desde Argüelles a Sol no hay muchas paradas, así que el viaje se hace corto. Discutimos sobre la posibilidad de que haya colaboraciones en el concierto. ¿A quien habrá invitado Bunbury? ¿Nacho Vegas? ¿Ivan Ferreiro? ¿Calamaro? Ufff, suena casi imposible.
Antes de llegar a Callao, una voz avisa que en la parada de Sol hay mucha gente. A nosotros no nos importa, lo que queremos es llegar pronto y la Joy Eslava está muy cerca de la salida de metro de Sol. Cuando asomamos a la calle, sólo vemos gente, gente y gente. Es navidad y, a esta hora, las calles que desembocan en sol son un hervidero. Nos vamos acercando y las ganas de llegar hace que empecemos a andar a una velocidad de vértigo. Cada uno por un lado de la calle, por donde vamos encontrando huecos para pasar. Ya vemos el cartel azul de la Joy. No queda nada. A ver si podemos entrar pronto. Uno de nosotros se da la vuelta y nos señala una cola que da la vuelta a la esquina. Joder, ya nos hemos vuelto a retrasar más de la cuenta. Apenas hemos tardado 10 minutos desde que salimos de casa. Sin más remedio, nos ponemos en la cola. Avanza rápido.
Entramos y buscamos rápido un sitio. El foso está prácticamente lleno. Primero nos colocamos a la izquierda, pero la posición no es muy buena y al final acabamos justo al lado contrario. Hemos encontrado un lugar bastante bueno desde el que todos podemos disfrutar del concierto. Durante la espera, da tiempo a contemplar el interior de la sala. Me encanta. Se acaba llenando y hay un ambientazo que promete emociones fuertes. Apenas son las 20:35 y se apagan las luces. Todos colocados y pendientes de que suenen los primeros acordes. Los músicos van entrando. Apoteósis general. Al final se distingue la silueta de Enrique Bunbury. Suenan los primeros acordes de El hombre delgado que no flaqueará jamás. Ya en la primera canción nos miramos y comentamos que suena de escándalo. Esto promete. El look es el mismo que ya vimos en el concierto en Extremadura, pero se respira un ambiente distinto. Suenan más canciones y por ahora sigue el orden del disco. Algunos comentarios de Bunbury entre las canciones nos dejan claro que este es un concierto especial. En palabras del propio Enrique, "esta es nuestra comida de empresa". Se acerca al público hasta casi tirarse encima de ellos en las canciones en las que puede, que son casi todas porque las canciones suenan muy rockeras en esta gira. A las 21:15, Bunbury anuncia la siguiente canción: "esta es una de las canciones que más me gusta del disco". Para mi también. Y por eso me apetecía que Doscientos huesos y un collar de calaveras apareciera hoy en el blog. Luego siguieron sonando las canciones del disco hasta Aquí. Luego más canciones. Me sorprendió escuchar El Anzuelo y después el subidón en Si. Pongo las canciones que sonaron hasta el final del concierto.

El anzuelo
Sí
El rescate
Apuesta por el rock and roll
Lady blue
--- Descanso ---
El viento a favor (con un fragmento de "una canción triste..." en la introducción del tema)
Infinito
Canto
Y al final...
--- Descanso ---
No me llames cariño (con un fragmento de "one two three" al final del tema)
El tiempo de las cerezas

Con El tiempo de las cerezas (y un agradecimiento a Nacho Vegas por haberle ayudado en una época difícil) Bunbury y su banda se despidieron de la gira en España. Dos horas y cuarto de buenas canciones y de buena compañía.

Aquí os dejo la canción: