Ayer vivimos un momento histórico, un momento para recordar. Ayer fue un buen momento para la gente que se emociona con la emoción.
Ayer, unos dos millones de personas se reunieron frente al Capitolio de Washington para contemplar emocionadas cómo tomaba posesión de su cargo el primer presidente negro de Los Estados Unidos, Barak Obama.
Fue una gran ceremonia en la que la música ocupó un gran papel. Nada más comenzar, la gran Aretha Franklin cantó, completamente emocionada y transimitiendo esa sensación a todo el mundo, Let Freedom Ring. Pero el momento cumbre, en mi opinión, fue justo antes de que Obama jurara su cargo. Un cuarteto tocó una obra que John Williams compuso especialmente para esa ocasión.
Esta pieza de música, de apenas cuatro minutos de duración, está cargada de simbolismo. En ella, Williams rinde homenaje a Aaron Copland introduciendo unas variaciones de algunos temas de este compositor.
Copland fue un compositor conocido sobre todo por sus bandas sonoras y al que se le encargó la música para la inauguración de la presidencia de Eisenhower. Sin embargo, su música fue retirada de la ceremonia porque había defendido al Partido Comunista.
La pieza la interpretaron cuatro de los grandes músicos de hoy en día, el violinista judío estadounidense Itzhak Perlman, el celista estadounidense de origen chino Yo-Yo Ma, la pianista venezolana Gabriela Montero y el clarinetista afro-americano Anthony McGill.
Como vemos todo estaba cargado de simbolismos.
Espero que os transmita la esperanza y alegría por el cambio que me infunde a mi.
Un beso a todos
(21/01/2009)