Hace una semana se me ocurrió escribir un post sobre la canción La ley Innata de Extremoduro y la relación de ésta y del nuevo cd, Dulce introducción al caos, con la música clásica. Me parecía una estupenda manera de introducir en el blog a “esa gran desconocida”, como la habéis llamado alguno con mucha razón.
En un principio pretendía contaros que en La ley Innata hay una parte en la que se puede escuchar la Cantata BWV 147 de Bach. Además, esta no es la única referencia a la música clásica. El disco está compuesto por una única pista en la que podemos encontrar una obertura, cuatro movimientos y una coda, divisiones típicas en una obra de música clásica. Las partes son:
* Dulce introducción al caos
* Primer movimiento: El sueño
* Segundo movimiento: Lo de fuera
* Tercer movimiento: Lo de dentro
* Cuarto movimiento: La realidad
* Coda flamenca: Otra realidad
Hablar sobre esto era mi primera intención, pero buscando la letra de la Cantata y la portada del disco me encontré con una relación curiosa e interesante así que, aún corriendo el riesgo de que penséis que se me ha ido la cabeza y me he hecho una paja mental os la voy a contar.
La portada del disco está formada por una cita de Cicerón sobre la imagen del Hombre de Vitruvio de Leonardo Da Vinci. La traducción de la cita es la siguiente:
“Existe, de hecho, jueces,una ley no escrita sino innata.
La cual no hemos aprendido,
heredado, leído, sino que
de la misma naturaleza la hemos agarrado,
exprimido, apurado.
Ley para la que no hemos sido educados,
sino hechos, y en la que no hemos sido instruidos
sino empapados”
A parte de gustarme mucho la cita, me hizo pensar en cómo contradecía al significado de la Cantata que Extremoduro había elegido. Bajo mi punto de vista, ésta última trata de la importancia de Jesús en la vida de las personas, en este caso de los Cristianos, y de cómo Jesús es su fuerza y su guía.
¡Que contradictorio, no! Y todavía más si tenemos en cuenta que El Hombre de Vitruvio es una de las enseñas del Renacimiento, corriente que proclama al hombre como centro oponiéndose al pensamiento Teocentrista.
No creo que sea una casualidad que estos extremeños hayan mezclado tres filosofías de la vida distintas. Una que pone a Dios por encima de todas las cosas y que nos enseña a vivir bajo Los Mandamientos, otra la Estoica, que considera al Universo su único Diós y enseña a vivir bajo una ley innata y, por último, la Renacentista, en la que el centro es el hombre y nos invita a vivir sin seguir ninguna ley, guiándonos por la pasión y los deseos.
Quizá me haya equivocado con todo esto y os haya aburrido un rato, pero como premio por aguantar mis divagaciones os dejo Una Dulce Introducción al Caos.
Que la disfruteis!!!
¿Cómo quieres que escriba una canción?
Si a tu lado no hay reivindicación.
La canción de aquel tiempo no pasara,
donde nunca pasa nada.
Una racha de viento nos visitó,
el árbol ni una rama se le agitó
La canción de aquel viento se parara,
donde nunca pasa nada.
Un otoño al demonio se presentó,
fue cuando el arbolito se deshojó.
La canción de aquel tiempo se atrasara
donde nunca pasó nada.
Una racha de viento nos visitó,
pero nuestra veleta ni se inmutó.
La canción de aquel viento se parara,
donde nunca pasa nada.
Mientras tanto pasan las horas,
sueño que despierto a su vera,
me pregunto si estara sola
y ardo dentro de una hoguera.
¿Cómo quieres que escriba una canción?
Si a tu lado he perdido la ambición.
La cancion de aquel tiempo no pasara,
donde nunca pasa nada.
Se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas,
se paró el aguacero ahora somos flotando dos gotas,
agarrado un momento a la cola del viento me siento mejor,
me olvidé de poner en el suelo los pies y me siento mejor.
volar...volar
Una racha de viento nos visitó,
y a nosotros ni el pelo se nos movió.
La canción de aquel viento se parara,
donde nunca pasa nada.
Ya no queda una piedra en pie,
porque que el viento lo derribó,
no no odio esa cancion.
Ya no queda nada de ayer,
porque el viento se lo llevó,
no no odio esa canción.
Ya no queda una piedra en pie,
porque el viento lo derribó,
no no odio esa cancion.
Ya no queda nada de ayer,
porque el viento se lo llevó,
no no odio esa canción.
Ya no queda una piedra en pie,
porque el viento lo derribó,
ya no queda nada de ayer,
porque el viento se lo llevó.
Hasta el próximo naufragio.